En Escritos sociológicos de Th. W. Adorno se exponen los principales elementos que componen la propaganda fascista:
En tercer lugar, el autor indica que la propaganda funciona como una especie de cumplimiento del deseo, es decir, que la propaganda termina convirtiéndose en su propio contenido en última instancia. "La gente está "iniciada", se supone que está al tanto de lo que pasa, se le hacen confidencias, la gente es tratada como la élite que merece saber los misterios escabrosos, ocultos a los que se encuentra fuera."
Asimismo, se narran historias de escándalos, que en su gran mayoría no corresponden a los sucesos de la realidad, sino todo lo contrario, son ficticios, que se aluden a excesos sexuales y atrocidades. Los medios en la Alemania Nazi utilizaban esta estrategia de cumplimiento del deseo para denigrar a los individuos que no cumplían con los "requisitos" o "características especiales" para ser parte de la Nueva Nación. Es así, que intentaban mostrar a los judíos como ladrones, causantes de guerras, agresivos, peligrosos para la sociedad, sucios, portadores de enfermedades, etcétera. Estas calificaciones generaban en la sociedad la consolidación de un "estereotipo" de los judíos que se basaba en el repudio hacia ellos, los veían como individuos ajenos a su realidad debido a todas las calificaciones denigrantes que les otorgaron, por consiguiente, a muchos alemanes no les afectaba el hecho de acabar con esta supuesta "plaga", en realidad, veían con buenos ojos el exterminio colectivo, pues pensaban que de este modo, podrían evitarse serios problemas a futuro.
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